un día
ondula la duna
trastabilla el horizonte
escala la mirada
un tremor de arena
fino y titilante
se esparce callado
de la planta a la palma
un aullido sordo
de cuerdas breves
repetidas
nos habla el agua
y suelta tarascadas
caninas e incisivas
ahoga en pantano
mueve
solo
he visto el sol
cegado por su reflejo
en el mar de arena
y en la calda noche
cuando las piedras crecen
escucho su sombra
suficiente
para contarlo