sáhara
el desierto es el fondo de un mar ausente. en vez de agua, peces, restos de naufragios y formaciones de coral, sólo arena tatuada y modelada por los vientos. la mayor idea de masa que puede concebir nuestra mente es la pluralidad de sus granos de arena. se aprietan y se apartan unánimes, cambian de forma flexibles como nubes.
cada uno de ellos contiene en su interior otro desierto, compuesto a su vez de átomos infinitos e invisibles. montañas de un día, las dunas oponen a la fijeza la plasticidad, a la permanencia el movimiento.
desierto, espejo de la muerte que vive. arena, polvo en que todo habrá de convertirse, sudario que envolverá los imperios. recordación de que cuanto empezó en el agua terminará en la aridez que por nuestra locura se está adueñando de la tierra entera.
josé emilio pacheco, "desde entonces" [1975-1978]
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